Principios básicos de la disciplina en las escuelas

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Todos hemos visto los videos de peleas en las escuelas, estudiante contra estudiante, estudiante contra maestro. El número de incidentes ha aumentado desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, lo que ha llevado a muchos padres a preguntarse: “¿mi hijo está seguro en la escuela?”, y muchos maestros se preocupan por su propia seguridad en la escuela.

La disciplina escolar se basa en la política, la filosofía y la ley. Maestros, administradores y padres de todo el país informan de una interrupción y violencia sin precedentes desde la pandemia, y los debates están en pleno apogeo sobre qué hacer con los estudiantes que interrumpen la clase y ponen en peligro la seguridad de los demás de manera constante. 

En esencia, la disciplina tiene el propósito de cambiar el comportamiento. En un mundo perfecto, le explicaríamos a un niño por qué su comportamiento es inaceptable, y este se adaptaría de manera adecuada.

Pero no suele ser así. 

Esto deja a las escuelas en la situación cada vez más difícil de tener que equilibrar las necesidades y los derechos del estudiante disruptivo con las necesidades y los derechos de todos los demás estudiantes, así como del personal. Este equilibrio se hizo mucho más difícil de lograr en 2014, cuando el gobierno federal amenazó con retirar fondos de los distritos con disparidades en sus datos de suspensión (incluso si las conductas fueran muy diferentes y las disparidades estuvieran justificadas). Este tipo de pensamiento sugiere que los estudiantes que son expulsados de clase por tener un comportamiento disruptivo deberían devolverse pronto al aula. A la escuela le preocupa que el gobierno federal la penalice por “suspender en exceso” a estudiantes de ciertos grupos demográficos. Los maestros están cada vez más frustrados, los compañeros de clase están frustrados y los padres están, comprensiblemente, preocupados. 

Gran parte de la jerga disciplinaria que se utiliza en la actualidad está diseñada para que suene benigna, incluso virtuosa, para el oído promedio. Escuchamos palabras como “justicia restaurativa” y suena como algo bueno. Y a veces lo es. Pero a menudo no lo es. Los defensores de prácticas de estilo más restaurativo desean aplicar menos medidas disciplinarias punitivas (basadas en el castigo) y, cuando se trata de infracciones menores, que no pongan en riesgo su seguridad ni la de los demás. Tienen un argumento sólido. Si un niño tira basura en el pasillo, desmonta la engrapadora del maestro o incluso llama a alguien con un nombre cruel, se puede tratar de manera que el estudiante infractor reconozca su mala conducta y “repare el daño”. 

El problema que muchos maestros, padres y estudiantes han observado es la práctica común de tratar las infracciones graves como infracciones menores; los ejemplos más comunes son las conductas que interrumpen el aprendizaje de los demás y ponen en riesgo la seguridad de los estudiantes y el personal. A menudo, la única manera de crear y mantener un entorno de aprendizaje seguro es eliminar los factores disruptivos que imposibilitan la enseñanza y el aprendizaje, pero los administradores se niegan cada vez más a hacerlo e insisten en enviar a los estudiantes altamente disruptivos de vuelta a clase. Casi nunca sale bien y, en cambio, descarrila la clase, detiene el aprendizaje y hace que los maestros y los compañeros de clase se sientan frustrados e irrespetados. 

Un maestro lo expresó de esta manera: “Hablar como maestro de aula es completamente ineficaz para detener el comportamiento no deseado y es muy efectivo para hacerles saber a los demás que no se les castigará si se portan mal en el futuro”. 

El desafío es otro comportamiento que está muy extendido en las escuelas y es difícil de abordar. 

La obscenidad es otro. 

El acoso es otro. 

Las amenazas de violencia son otros. 

La violencia física es otro. 

Todas estas infracciones son diferentes en cuanto a su gravedad, y la respuesta correcta a cada una de ellas suele ser diferente. La pregunta entonces es: ¿cómo podemos ayudar al infractor a cambiar su comportamiento y, al mismo tiempo, proteger a los estudiantes y al personal de los daños colaterales causados por ese comportamiento?

Lectura recomendada

Public Schools Face Dramatic Rise in Student Misbehavior (Las escuelas públicas se enfrentan a un aumento drástico de la mala conducta de los estudiantes), Real Clear Education

The Coming School-Discipline Wars (Las próximas guerras disciplinarias escolares), National Review

Midwest teachers leaving the classroom over student behavior, left-wing politics (Maestros del medio oeste abandonan las aulas debido al comportanimento de estudiantes, política de izquierda), American Experiment